los zapatos de Alberto
Alberto había caminado por mucho tiempo. No como la gente normal, sino como Alberto. Le gustaba caminar desde que despetaba hasta que sus pies, y sus zapatos, lo devolvían a casa. Caminar y seguir caminado. A Alberto le gustaba caminar y lo hacía seguido.
Un día despertó y no tenía pies. ¿Se los habían comido los zapatos, uno de cada pie, mientras dormía?
Esos zapatos-comepies...
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